Es un ave de presa nocturna de la familia de las Tytonidae.
Está presente en amplias regiones del mundo, excepto Canadá, Alaska e islas árticas, Escandinavia, la mayor parte de Asia- excepto el sur-, la zona central del desierto del Sáhara, islas de Indonesia y la Antártida.
Ave mediana, de unos 33 a 35 cm de longitud y envergadura de 80 a 95 centímetros, con un peso medio para los adultos de 350 g, y sin diferencia aparente entre sexos.
Tiene un característico disco facial con forma de corazón y partes ventrales blancas en T. alba alba, aunque puede variar en otras subespecies.
Los tarsos están emplumados
Tienen los dedos cubiertos con plumas modificadas de color grisáceo.
Las alas, relativamente cortas y redondeadas, no facilitan los vuelos largos y poderosos, aunque la particular estructura de las filoplumas, especialmente suaves y desflecadas, dotan a esta rapaz de un vuelo silencioso, de manera que al verlas volar, más pareciera que flotasen antes que aletear.
Emiten un grito lastimero y estridente, aunque la gran variedad de sonidos que producen dificulta la identificación, a excepción del inconfundible siseo que emite cuando se siente amenazada o cuando las crías piden alimento.
Existen 29 subespecies reconocidas oficialmente, que se diferencian principalmente por el color del plumaje
Son aves que viven generalmente asociadas a núcleos urbanos rurales, donde se reproducen, aunque dependen de zonas abiertas (campos de cultivo, estepas, roquedos, etc.), proximas a zonas de árbolado disperso, donde cazan.
Son sedentarias, de hábitos nocturnos o crepusculares.
Anida en zonas humanizadas como campanarios, desvanes, graneros, o ruinas. Más raramente, y fuera de estos hábitats, prefiere los bosques aclarados y adehesados, encamándose -no fabrica nidos- en cortados y huecos de árboles.
Cría en cualquier época del año, y pone entre 4 y 7 huevos, que incubará durante unos 32 días.
La incubación corre a cargo exclusivamente, de la hembra, mientras que el macho cazará para toda la familia.
Aunque a los 50 días las crías son capaces de volar, normalmente no se alejan de sus padres hasta los 3 meses de vida.
Se alimentan principalmente de pequeños roedores, especialmente ratones y musarañas, aunque también caza pequeños pájaros, insectos y, en menor medida, anfibios y reptiles.
Su método de caza consiste usar su amplio disco facial como una sofisticada parábola receptora de los sonidos que emiten sus presas, a las que así localiza para atraparlas con sus largos dedos, tras abalanzarse sobre ellas en un silencio casi absoluto.
Una lechuza adulta come aproximadamente tres ratones diarios. Una pareja que críe entre 3 o 5 pollos cazará muchos más roedores.
Su capacidad para digerir huesos es muy pobre, por lo que las egagrópilas son grandes (4-6 cm x 2-2,5 cm), y contienen gran cantidad de huesos.
Aparte de la persecución humana, tienen pocos predadores, aunque los grandes búhos, como el Búho real (Bubo bubo) pueden cazar algún ejemplar si se presenta la ocasión.
Algunos granjeros fomentan la nidificación de lechuzas para controlar la proliferación de ratones.