Se trata de una abeja que deposita sus huevos en los nidos de otras abejas solitarias, en especial de los géneros Andrena y Halictus, igual que hacen los cucos.
Las larvas no se alimentan de sus hospedantes, sino que simplemente utilizan los alimentos que deberían dedicarse a las larvas legítimas, por lo que algunos autores prefieren llamarlas abejas inquilinas en lugar de abejas parásitas.
Los adultos se caracterizan por tener el abdomen negro con algunas marcas blancas, las patas peludas y también con marcas blancas, y el tórax negro parcialmente recubierto de largos pelillos de color blanco.
Las antenas se engruesan ligeramente hacia el extremo