Es una planta espinosa de tallo erecto y muy ramificado que puede
crecer hasta unos 70 cm de altura, no obstante, sus raíces son muy
largas y pueden llegar a medir unos 5 m.
Sus hojas están cubiertas de
espinas y divididas en lóbulos.
Sus flores, de color azulado, se reúnen
en cabezuelas rodeadas por un invólucro compuesto de 5 o 6 brácteas.
Su
fruto es un aquenio.
Es una especie común en Europa central y occidental, el norte de
África, Medio Oriente y el Cáucaso.
Se da principalmente en terrenos
secos y planos, sobre todo en las orillas de los caminos y en campos de
cultivo abandonados.
Es una planta perenne del tipo vivaz, es decir, la parte aérea
muere después de reproducirse y sólo persiste la raíz tuberosa hasta la
primavera siguiente, en que rebrotan el tallo y las hojas.
Las
inflorescencias se desprenden al morir los tallos y de allí se originó
el nombre de "cardo corredor", pues por la acción del viento se
arrastran tanto los tallos muertos como las cabezuelas secas. De este
modo, se facilita la dispersión de las semillas e incluso la
colonización de nuevos ambientes.
Florece desde fines de primavera
(mayo en el Hemisferio Norte) hasta inicios de otoño (septiembre),
dependiendo el inicio y la longitud de esta etapa del clima y la
latitud.
No se cultiva, por el contrario, se le combate cuando invade
terrenos destinados al pastoreo o la producción de forraje. A pesar de
esto, es bastante apreciado porque sus raíces son el hábitat del hongo
Pleurotus eryngii, llamado seta de cardo, que en los países
mediterráneos se recolecta para el consumo humano; por eso la planta
recibe el nombre de "cardo setero".
Se le atribuyen propiedades diuréticas y cicatrizantes, sus
hojas tiernas y su raíz pueden consumirse en ensaladas y cuando se seca
puede usarse como adorno.