Se trata de una gruesa muralla de mampostería que aprovecha al máximo los escarpes rocosos de la falla del Cerro de Santa Catalina.
Esta es la primera torre que nos encontramos del lienzo cristiano.
Se trata de una amplia torre de mampostería que tan solo se conserva parte de su basamento y ha perdido completamente sus paramentos de cierre, quizá porque en su interior fue utilizado como plataforma para una torreta de alta tensión.
Se trataba de una Torre hueca de planta cuadrada.
Juan Carlos Castillo propone que pudo albergar en su interior el trazado en codo de un pequeño portillo.