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Ciudad romana de Mellaria
Romano
Constituye el único núcleo urbano de época romana en el valle del Río Guadiato, así como uno de los pocos municipios romanos entre el valle del Guadalquivir y el Guadiana, en lo que en la Antigüedad se conocía como Beturia turdula.
El Cerro de Masatrigo - antiguo Municipium Flavium Mellariensis - ubicado en la zona septentrional de la Bética, a medio camino de la Colonia Patricia Corduba y Emerita Augusta (Mérida), capital de la provincia romana de Lusitania, se presenta como un importante centro de ordenación del territorio y de redistribución de los importantes recursos mineros de la zona.
El lugar constituye una importante elevación del terreno que destaca en la llanura, con una altura de unos 35-40 metros.
Los restos arqueológicos, sobre todo estructuras de habitación, son visibles en toda la superficie del cerro, sobre todo en la cima y en la ladera norte. Así como por el terreno que rodea el cerro en un radio de unos 75 a 100 metros. Las laderas del Cerro de Masatrigo se encuentran salpicadas de numerosos vestigios de estructuras, sobre todo en la ladera norte y sur, así como en la cima, que han aflorado a la superficie por acción de la erosión y los expoliadores.
Aunque la interpretación de las estructuras es complicada ante la falta de excavaciones arqueológicas en el lugar - algunas de éstas pueden ser cisternas construidas mediante opus caementicium -, su cronología parece ser indiscutiblemente romana.
Por lo general, las alineaciones de muros hoy visibles se encuentran adaptados a la topografía del terreno, es decir, siguiendo las curvas de nivel, lo que generaría un urbanismo aterrazado como mejor solución a las características tan agrestes de la orografía del cerro.
Entre los restos visibles, en la cumbre del cerro se observa una estructura rectangular, con unas dimensiones de unos 11 x 8 metros, construida mediante muros de mampostería encajados entre las rocas.
En la parte más alta del cerro, en la misma roca se observan varias entalladuras, rebajes y partes talladas que indican la existencia de una construcción en una posición preeminente y en las cercanías un tambor de columna con un diámetro de 1 metro parcialmente enterrado; lo que estaría informando de la existencia de un edificio religiosos o de representación en ese lugar.
En la ladera norte se aprecian varias estructuras construidas con opus incertum, que reflejan un hábitat escalonado adaptado a las pronunciadas laderas del cerro.
El Cerro de Masatrigo se encuentra yermo, no siendo explotado agrícolamente, aunque sí sus alrededores donde se aprecian numerosos fragmentos de tegulae y cerámica común. Lo que hace pensar en la posibilidad de que el yacimiento se extienda por la llanura que rodea el cerro, hecho este que sólo la investigación arqueológica podrá aclarar.
Es habitual la aparición de importantes restos materiales (fragmentos de esculturas, elementos arquitectónicos decorativos, etc) en los majanos próximos al cerro, sacados a la superficie por las intensas labores agrícolas de los terrenos que lo circundan. Algunos de los cuales han sido arrojados al pantano, según fuentes orales, reutilizados en edificios de la actual Fuente Obejuna, como el caso de tres capiteles romanos existentes en la portada de la Iglesia Parroquial o de la Ermita de Nuestra Señora de Gracia, o conservados en colecciones particulares.
Los capiteles de la portada de la Iglesia Parroquial marcan lo que debieron ser los tres momentos claves en la monumentalización de Mellaria: finales del siglo I o principios del II d.C., coincidiendo con la concesión a la ciudad del estatuto de municipium; mediados del siglo II d.C., fecha en la que parece que Mellaria ejerció la capitalidad absoluta sobre la zona; y comienzo del siglo IV, momento de revitalización de las áreas rurales que conoce la Antigüedad Tardía.
Por otra parte, por su relevancia, se debe señalar el hallazgo de un fragmento escultórico correspondiente a un pie calzado con caligae, tipo de calzado característico del estamento militar romano, procedente del Cerro de Masatrigo, y de un fragmento de sarcófago de plomo en los alrededores de dicho cerro, ambos conservados en colecciones particulares de Fuente Obejuna.
Los primeros indicios de poblamiento del Cerro de Masatrigo se remontan al Paleolítico Inferior ya que en los alrededores de dicho cerro, a orillas del embalse de San Pedro, se han documentado lascas levallois fabricadas sobre cuarcita.
No será hasta la época romana republicana cuando se constate la ocupación del Cerro de Masatrigo - identificado con la ciudad romana de Mellaria-, según los vestigios arqueológicos más antiguos, fragmentos cerámicos de Campaniense B que no deben fecharse más allá del s. II a.C.
Mellaria, aunque enclavada en una zona habitada por un pueblo indígena, la Beturia turdulorum, sería una fundación romana de carácter y estatuto desconocido, creada como centro de organización económica y administrativa, y nudo de comunicaciones de la importante comarca minera donde se enclava, a la vez que desempeñaría un importante papel en la vigilancia y control militar de las explotaciones mineras de la zona.
Es la única ciudad romana conocida en el Valle del Guadiato y su fundación es imposible remontarla a un momento anterior a la conquista lo que unido al topónimo latino y la ausencia entre sus materiales de ítems que puedan ser adscritos a una fase cultural protohistórica han hecho pensar a los investigadores que es una fundación romana ex novo.
La opinión generalizada es que Mellaria alcanzó el estatuto de municipium en época flavia, agraciada por el Edicto de Vespasiano en el que se concedía el ius latii y por lo tanto la ciudadanía romana a todas las ciudades peregrinas del Imperio, concesión que implicaba, como condición previa, la adopción de una estructura urbana con modelos romanos. De este modo las élites adoptan formas de autorepresentación según los mejores modelos romanos, el uso del mármol se generaliza tanto en la realización de esculturas como soporte de la epigrafía.
En relación a lo anteriormente expuesto es muy importante la mención al Ordo Mellariensis en dos inscripciones: CIL II, 2344 y 2346, así como la pertenencia a la tribu Quirina de los dos personajes mencionados y de una tercera en la inscripción CIL II 2345.
También habría que destacar la realización de actos de evergetismo por parte de ciudadanos de Mellaria, como es el caso de Caius Annius Annianus con la construcción de un acueducto (CIL II, 2343), que informa de la existencia de una importante obra de infraestructura en dicho municipio, vital para el desarrollo de la ciudad.
En función de los materiales observados en la superficie del Cerro de Masatrigo puede apuntarse que Mellaria se abandona o se ve despoblada en torno al siglo III d.C.; aunque los datos ofrecidos por la numismática ofrecen una presencia ininterrumpida de población desde época altoimperial hasta el siglo V d.C.