Construida a mediados del siglo XVII, conserva una peculiar fachada decorada con casetones de yeso que simulan un paramento, de piedra, almohadillado.
Junto a este modelo decorativo, de marcado carácter italianizante, aparecen otros elementos utilizados en la arquitectura local desde el siglo XVI, como son los apliques semicirculares en cerámica azul vidriada.
Dos tenantes sujetan el escudo de armas de don Gil Ortega y Sotomayor, morador del palacio y canónigo chantre de la Colegial de Santa María.
Todo el conjunto aparece bajo un gran manto sujetado por las manos y argolla de un esclavo.
A ambos lados, dos relieves representan el sello de la Colegial de Santa María, bajo la advocación de Ntra. Sra. de Ia Asunción, a la que estaba ligado Don Gil, y el santo de su devoción, San Julián, Obispo de Cuenca, quien en sus ratos libres confeccionaba canastos de mimbre, de donde toma nombre la casa.