Color amarillento-ocráceo (se confunde con las hojas caídas de los robles).
Sombrero inicialmente globoso de cutícula viscosa y separable de la carne.
Láminas muy prietas, con lamélulas, de color gris azulado, que al esporar se tiñen de pardo.
Pie recio con brazaletes circulares en forma de anillos múltiples más oscuros.
Carne blanquecina, compacta, sin olor ni sabor.
Pie macizo, con cortina blanca y densa, que dificulta observar las láminas.
Parajes boscosos, arbolados con especies esclerófilas y caducifolias, preferentemente sobre suelos ácidos. Muy abundante, pueden verse centenares en pocos metros cuadrados.
Otoño. No es fácil de ver a primera vista, oculta bajo la hojarasca otoñal.