Las torres que
limitan la fachada tienen un valor simbólico, no funcional.
En su cuerpo superior, con unos recuadros rehundidos que suponen
la abstracción de un cuerpo de campanas.
Estaban cubiertos por
chapiteles con teja de cerámica vidriada que fueron sustituidos en el
siglo XX por cubiertas a cuatro aguas. Recientemente, uno de ellos se ha
vuelto a construir tratando de aproximarse a su configuración original.