En este salto de agua se trabajó en dos ocasiones para eliminarlo con la finalidad de hacer navegable el Río Guadalimar y así poder transportar la madera de la Sierra de Segura en barcazas hasta Sevilla.
Los intentos, fallidos, tuvieron lugar, uno, en el siglo XVI, bajo la dirección del Ingeniero Italiano Juan Bautista Antonelli y el otro, alrededor de 1.805, con el proyecto del Ingeniero de Marina Don Timoteo Roch.