Es el único tulipán silvestre que crece en la península Ibérica.
Familia de las Liliáceas.
Su período de floración se extiende entre los meses de marzo y mayo.
Los delgados tallos alcanzan los 45 cm, aunque normalmente suelen ser menos desarrollados, no suelen superar los 20 cm.
Está cubierto por una túnica dura y de color pardo. Permanece latente, enterrado bajo tierra, a lo largo del invierno, para dar lugar a comienzos o mediados de la primavera a 2 ó 3 hojas de color verde azulado, acanaladas.
A mediados de la primavera, cada bulbo emite un tallo, rojizo en su extremo, que suele portar una sola flor, con 6 tépalos o falsos pétalos, de ellos, 3 se sitúan más cerca del centro de la flor (tépalos internos), en tanto los demás lo hacen hacia la periferia (tépalos externos) la cara interna de todos los tépalos es de color amarillo intenso, pero la externa varía según el tipo, siendo rojiza, rojo-vinosa o morada en los externos, y amarilla con una línea central roja en los internos.
Cuando la flor se cierra, los tépalos internos quedan cubiertos por los externos, tomando la flor un aspecto acampanado de color pardo o rojizo; al abrirse la flor tal y como avanza el día, los tépalos internos adquieren cada vez más protagonismo, generando el contraste de rojos y amarillos que caracteriza a los rodales de tulipanes de monte. Cada flor da lugar tras la fecundación a una cápsula alargada, que contiene las semillas.
Es una especie propia de montes de la región mediteránea central y occidental, desde Italia hasta Portugal y el norte de Marruecos, prefiriendo enclaves frescos o sobre suelos algo arcillosos, ya sean derivados de rocas calcáreas o silíceas, pudiendo ascienden hasta los 2.200 metros de altitud.