Nació el 1 de octubre de 208 en la ciudad fenicia de Arca Cesarea, en la actual Siria.
Era hijo de Gessius Marcianus y de Julia Mammaea y nieto de Julia Maesa.
Su nombre era, inicialmente, el de Alejandro Basiano.
Apercibidas su abuela y su madre de que Heliogábalo perdía el apoyo popular y militar debido a sus excesos y extravagancias, prepararon, con gran esmero, al joven Alejandro para que fuera el sucesor al trono.
Se le instruyó en todas las artes, derecho y ejército.
Consiguieron que Heliogábalo lo adoptara el 16 de junio de 221 d.C. y le nombrara César como su sucesor legítimo.
A partir de este momento cambió su nombre por el de Severo Alejandro.
Cuando llegó a emperador se le otorgaron los títulos de Augusto y Pater Patria.
Tras el asesinato de Heliogábalo en 222 y gracias a las acciones propagandísticas de su madre y de su abuela, tanto el senado como el pueblo desearon ver al joven Alejandro en el trono.
Fue proclamado César el 13 de marzo de 222, tan sólo 2 días después de la muerte de su predecesor. En ese momento contaba 13 años.
El gobierno quedó, en gran parte, en manos de su madre y, especialmente, en las de su abuela que se convirtió en la auténtica gobernante en la sombra.
Ambas se dedicaron, de inmediato, y ayudadas por determinados círculos del senado, a sanear las finanzas que habían quedado arruinadas por el antecesor y establecieron un sistema de pagas para el aparato de funcionarios del imperio.
Además se empezó a reformar el sistema jurídico.
A Alejandro, los recortes en el presupuesto militar, le costaron antipatías en el ejército.
Los historiadores, como Casio Dión que ocupaba el cargo de cónsul, describen el carácer de Alejandro Severo como tranquilo y pacífico.
Anuló las restricciones religiosas, devolvió los templos del dios Sol, (Heliogábalo), a su función inicial y devolvió la piedra de Emesa a Siria.
El 28 de agosto de 225 Alejandro se casa con Sallustia Barbia Orbiana. (Algunas fuentes dan como fecha de boda el año 226) El matrimonio no tuvo descendencia.
Dos años después, Orbiana fue desterrada a África, probablemente por exigencias de Julia Mammaea. Como motivo se suponen celos y el intento de eliminar una posible rival en el poder. Además hizo asesinar a Seius Sallustius, padre de Orbiana, que contaba con muchos apoyos en el ejército.
Durante el mandato de Alejandro los sasánidos empezaron a establecer su nuevo imperio sustituyendo a los partos en la frontera este del imperio romano.
Sus tendencias expansivas amenazaron también al imperio romano y a partir de 230 atacaron las provincias de mesopotamia pasando el Eufrates.
Alejandro reunió un ejército para empezar su campaña militar en 231.
Las pérdidas eran enormes para ambas partes, por tanto, Aradshir, rey de los sasánidos, decidió retirarse de las provincias recién conquistadas.
Alejandro consideró este acontecimiento como una victoria y lo celebró con una marcha triunfal el 25 de septiembre de 233.
Un año más tarde, los germanos amenazaron las fronteras al norte del imperio.
Alejandro se aproximó con sus tropas.
Para ganar tiempo, envió regalos a los enemigos, hecho visto como ofensa por sus propios soldados que habían sufrido los recortes en los gastos militares.
En un campamento, cerca de Maguncia, se produjo un motín entre los soldados y asesinaron a Alejandro Severo y a su madre y proclamaron a Maximino el Tracio como emperador. Cuando fue asesinado, Alejandro tenía 26 años.
Alejandro Severo fue el primer emperador que respetó a los cristianos. Según algunas fuentes, incluso barajó la posibilidad de construir templos para ellos y considerar a Cristo como uno más entre los dioses romanos.