(
Dibujo de Saldino de un manuscrito del siglo XV)
Fue uno de los grandes gobernantes del mundo
islámico, siendo Sultán de Egipto, Siria, Palestina, así como de zonas
de Arabia, Yemen, Libia y Mesopotamia. Defensor del Islam,
unificó política y religiosamente el Oriente Próximo, combatiendo a los
cristianos y acabando con doctrinas alejadas del culto oficial. Es particularmente conocido por
haber arrebatado Tierra Santa a los cruzados, devolviendo Jerusalén a
los musulmanes y acabando con el Reino de Jerusalén. El impacto de este
acontecimiento en Occidente provocó una nueva cruzada (la tercera)
liderada por el famoso Ricardo I de Inglaterra, que se convirtió en
mítica.
- Al-Nāsir Salāh ad-Dīn Yūsuf
ibn Ayyūb (en kurdo Selaheddîn Eyûbîen y en árabe صلاح الدين يوسف
الأيوبي que quiere decir Yusuf, hijo de Ayyub, "unificador de la fe"
más conocido en occidente como Saladino, Saladin o Saladine).
- Nació
en 1138 en Tikrit, (en la provincia actualmente llamada Salah ad Din en
su honor, en Iraq) donde su padre Ayyub, era gobernador.
- Su familia era
kurda y como muchos kurdos en aquella época, eran soldados al servicio
de los gobernantes sirios y mesopotámicos.
- Tras caer en desgracia y ser
expulsados, se pusieron al servicio de Zengi, señor de Mosul, que había
unido bajo su mando la zona norte de Siria e Irak. Fue el primero de
los grandes líderes musulmanes que trató de expulsar a los cruzados de
Oriente Próximo, logrando arrebatarles el Condado de Edesa. La familia
de Saladino se unió pues a su ejército, siendo su padre recompensado
con el gobierno de Baalbek. En aquella época los cristianos lanzarían
la Segunda Cruzada, que fracasaría.
- La muerte en 1146 de este
caudillo, asesinado, abrió un periodo de guerra civil en Siria por la
sucesión. La familia de Saladino se pondría de parte del heredero
designado, el hijo menor de Zengi, Nur al-Din. Cuando tras diversas
luchas este se impuso en Siria, los parientes de Saladino fueron
recompensados: su padre recibió el gobierno de Damasco, y su tío
Shirkuh el mando del ejército.
- Entre
tanto, Egipto, estaba en crisis, amenazado por los
cruzados, que habían ocupado Ascalón y amenazaban la frontera aliados
con los bizantinos, así como en guerra civil por los diversos
aspirantes al cargo de visir.
- Uno de ellos acudió a la corte de
Damasco a pedir ayuda a Nur al-Din. Este envió un ejército al mando de
Shirkuh, que se llevó a su sobrino Saladino con él. Hacia 1169 Shirkuh
controlaba el país, actuando en parte como primer ministro del califa
fatimita de Egipto en parte como gobernador y representante del Sultán
sirio. Ese mismo año moría el general, siendo sustituido en el puesto
por su sobrino, Saladino.
- La tentativa del rey de Jerusalén
Amalrico II de invadir Egipto con el apoyo de la flota bizantina fue
contenida en el puerto de Damieta, alejando el peligro inmediato de una
conquista cristiana.
- Saladino reformó la administración del
país, aboliendo impuestos y reduciendo el desmesurado funcionariado,
reorganizó el ejército, compuesto hasta entonces por mercenarios del
Magreb que fueron sustituidos por tropas kurdas y turcomanas, e impuso
su autoridad sobre el país.
- La enfermedad de Al-Adid, el último califa
fatimí, impidió a éste seguir controlando las mezquitas egipcias, en
las que se empezó a orar por el califa abbasí. Su muerte en 1171 supuso
la reintegración definitiva del culto en Egipto a la corriente sunní,
mayoritaria en el islam, durante la ocupación y mando de Saladino. Esto
realzó su prestigio dentro de la comunidad islámica, que estaba aún muy
afectada por la caída de la ciudad santa de Jerusalén en poder de los
cruzados en 1099.
- Saladino amplió también sus fronteras,
conquistando la costa libia, el norte de Sudán y Yemen con la excusa de
restaurar la ortodoxia religiosa (estos territorios estaban fuera del
liderazgo espiritual del Califato Abbasí, siendo para su doctrina
herejes).
- Saladino también tomó los puertos y posiciones cruzadas en el
Mar Rojo, asegurando su posición contra los estados cristianos.
- Tras
la muerte de Al-Adid era en teoría un vasallo de Nur al-Din pero en la
práctica era el gobernador de facto de Egipto: reconocía la autoridad
del sultán de Siria, pero gozaba de total independencia en su gobierno
de Egipto, debido a la lejanía entre Damasco y El Cairo, separadas por
estados gobernados por los cruzados europeos.
- A
la muerte de Nur al-Din en 1174 sus dominios deberían pasar a su hijo
as-Salih Ismail al-Malik. Sin embargo el heredero era un niño, que
tardaría años en controlar e imponerse en Siria, lo que hizo que
numerosas potencias trataran de aprovechar la situación, entre ellas,
Saladino.
- Este ocupó Damasco y con ello Siria del Sur, bajo la
excusa de asegurar estas tierras a su legítimo dueño, pues estaban
amenazadas por el Reino de Jerusalén. Sin embargo, practicó una
política hostil a as-Salih Ismail al-Malik, arrebatándole una a una las
plazas del norte, hasta que solo le quedó Alepo. Llegó incluso a
asediar esta ciudad, infructuosamente. En el transcurso del sitio,
sufrió un intento de asesinato por parte de la secta de los asesinos,
librándose por llevar una cota de malla bajo sus ropas.
- Mientras
tanto, mantuvo una actitud agresiva contra los estados cruzados,
realizándose como era habitual desde la primera Cruzada, incursiones y
asaltos.
- En 1177, una invasión de Saladino, que atacaba desde el sur,
fue desarticulada en la batalla de Montgisard.
- 1779,
un ataque a una fortaleza que los cristianos estaban construyendo en
la ribera del río Jordán le dio la primera gran victoria (batalla del
vado de Jacob) en su campaña por expulsar a los francos de ultramar.
- Tras
morir el heredero de Nur al-Din sin descendencia en 1181, Saladino fue
nombrado nominalmente (ya lo era de facto) sultán de Siria y Egipto.
- Tras
afianzarse como señor de Siria, Saladino maniobró contra los príncipes
de la dinastía Zengida que gobernaban en Mesopotamia (el norte del
actual Irak). Estos eran descendientes de Zengi, y sobrinos de Nur
al-Din cuyo imperio había abarcado algunas provincias fronterizas en la
región.
- Saladino recuperó las tierras fronterizas, y expandió su
dominio más allá aún.
- Es de destacar la anexión de Edesa.
- Tras varias
campañas en Mesopotamia consiguió la sumisión del príncipe de Mosul en
1186, cuya ciudad había llegado a sitiar sin éxito en 1182, que se
convirtió en su vasallo, comprometiéndose a colaborar en su yihad.
- No
fue el único estado en hacerlo, pues Saladino llevó sus fronteras al
Kurdistán y a Armenia, tratando (con cierto éxito) de someter los
pequeños principados de la región. También mantuvo una actitud
intervencionista en lo relativo al Sultanato de Konya.
- La
guerra que acabaría con los cristianos de Ultramar fue provocada por
Reinaldo de Châtillon, noble que era señor de tierras en la frontera, y
era famoso por practicar el bandidaje y el saqueo (había ya violado
treguas anteriormente para atacar caravanas, capturado peregrinos en
dirección a La Meca, tratado de profanar los lugares santos musulmanes
y saqueado la cristiana Chipre) al atacar un gran caravana en la que
viajaba la misma hermana de Saladino.
- Ante las previsibles
represalias del entonces principal líder de los musulmanes, el rey de
Jerusalén Guido de Lusignan realizó levas reuniendo a todas las fuerzas
del reino, con las que se dirigió contra Saladino.
- El enfrentamiento
final se produjo en 1187, junto a unas colinas llamadas los cuernos de
Hattin. Los ataques de la caballería ligera y los arqueros sarracenos
aniquilaron al ejército cruzado, que había llegado atravesando el
desierto.
- La victoria fue total para Saladino: había destruido
casi la totalidad de las fuerzas enemigas, había capturado a los
principales caudillos (el rey Guido de Lusignan, Reinaldo de Châtillon,
Balduino de Ibelin, los grandes maestres de la Orden del Temple y del
Hospital, etc.), había capturado o eliminado a los caballeros de las
órdenes religiosas y había arrebatado a los cristianos la Vera Cruz, su
más preciada reliquia.
- El conde Raimundo de Trípoli fue el único
en escapar de la captura. Los prisioneros ilustres fueron bien
tratados, de hecho se cuenta la anécdota de como Saladino ofreció una
copa de nieve al rey de Jerusalén, sediento por la travesía en el
desierto. La única excepción fue Reinaldo que fue ejecutado por el
mismo Saladino, según se cuenta, cuando trató de coger la copa que
había dado a Guido de Lusignan como muestra de hospitalidad. Los
caballeros templarios y hospitalarios capturados sólo tuvieron dos
opciones: convertirse o ser ejecutados, muriendo todos a la mañana
siguiente.
- Tras
su victoria en Hattin, Saladino ocupó el norte del Reino de Jerusalén,
conquistando Galilea y Samaria sin demasiada dificultad (recuerdese que
casi todas las fuerzas militares cristianas habían sido eliminadas o
capturadas en Hattin).
- Posteriormente, se dirigió a la costa
tomando uno tras otro los puertos con la única excepción de Tiro, plaza
situada en una posición de fácil defensa, y comandada por el Marqués
Conrado de Montferrato. Saladino dejó frente a Tiro a un ejército, y
marchó hacia el sur, con el objetivo de conquistar Ascalón, plaza vital
para la defensa de Egipto.
- Saladino liberó al gran maestre del
Temple, Gerard de Ridefort, a cambio de la fortaleza templaria de Gaza
y al rey Guido de Lusignan a cambio de Ascalón, que, sin embargo, se
negó a rendirse. A pesar de todo, fue tomada poco después por Saldino.
- Finalmente
puso sitio a Jerusalén. En aquel momento, Balián de Ibelín, miembro de
una de las principales familias nobles, pidió a Saladino, poder ir de
Tiro, donde estaba luchando, a Jerusalén, para sacar de ahí a su mujer
e hijos a cambio de no colaborar en la defensa de esta ciudad. Sin
embargo, fue reconocido, y se le pidió que comandara la resistencia de
la ciudad por lo que mandó a Saladino un mensaje pidiéndole que le
eximiera de cumplir su palabra de no luchar contra él, a lo que
Saladino accedió.
- Inicialmente se rechazó toda propuesta de
capitulación, pues ningún cristiano quería ceder la ciudad, que
consideraban, al igual que los musulmanes, santa. Saladino se decidió,
pues, a tomar la ciudad por la fuerza. En octubre de 1187 la situación
de los defensores era ya desesperada, y Balián trató de negociar la
rendición. Saladino se negó pues había jurado tomar la ciudad por la
fuerza al rechazarse sus ofrecimientos iniciales, no tenía razón para
ceder en nada (se cuenta que mientras Balián explicaba sus condiciones
de repente un estandarte sarraceno se izó en un baluarte, muestra de
que las tropas de Saladino ya habían entrado). Sin embargo, cuando
Balián amenazó con destruir completamente la ciudad antes que
entregarla sin condiciones, Saladino consultó con sus emires y decidió
perdonar la vida a todos los habitantes a cambio de la rendición,
aunque sus emires exigieron que pagaran un impuesto por cabeza.
- Una
vez en posesión de la ciudad entregó los lugares sagrados cristianos a
sacerdotes ortodoxos. Aunque convirtió las iglesias en mezquitas,
Saladino tomó medidas para evitar que sus soldados exaltaran los ánimos
cristianos. Balián pagó la compra de casi diez mil pobres y muchos que
no pudieron pagar el impuesto para salir de Jerusalén aun tuvieron una
relativa suerte: el hermano de Saladino, Saif ed-Din (Al-Adil), pagó
por un buen número de ellos, como limosna a Alá por la victoria. No fue
el único, siendo seguido por varios miembros de la corte. El mismo
Saladino, en un acto de generosidad, perdonó a todos los ancianos de la
ciudad.
- Finalmente Saladino pudo entrar en la mezquita de la
roca, el tercer lugar sagrado para los musulmanes después de La Meca y
Medina.
- Las
consecuencias de la caída del Reino de Jerusalén y de la expulsión de
los cristianos de Oriente Medio no se hizo de esperar: el papa Urbano
III convocó una nueva cruzada, la tercera, a la que acudieron los
principales reyes cristianos.
- Dos expediciones marcharon, pues,
contra Saladino. La primera de ellas, liderada por el emperador del
Sacro Imperio, Federico I Barbarroja atravesó a pie los Balcanes y
Anatolia, donde, para suerte de los musulmanes, murió ahogado al cruzar
un río. Sin él, su ejército se disgregó, desapareciendo la mayor
amenaza para Saladino.
- La otra, liderada por Felipe Augusto de
Francia, Ricardo Corazón de León de Inglaterra y el duque Leopoldo de
Austria, marchó por mar. Tras desembarcar, pusieron sitio a San Juan de
Acre, que Saladino trató de socorrer. Sin embargo no logró romper el
sitio, recobrando los cristianos la ciudad.
- Afortunadamente para
Saladino, los cruzados pronto discutirían entre sí. El rey de Francia
abandonó la cruzada después de que el orgulloso Ricardo se quedara con
el mejor palacio y no lo tratara como igual, y el duque de Austria tras
ver ofendido su estandarte por Ricardo, que lo arrojó de un baluarte.
- Saladino
emprendió entonces una intensa actividad diplomática para liberar a los
cautivos que habían hecho los cristianos. Sin embargo, cuando tras
arduas negociaciones se había llegado a un acuerdo, Ricardo los hizo
ejecutar.
- El acto fue un golpe para el prestigio de Saladino, que no
pudo salvar a los que habían resistido en la ciudad.
- Ricardo se
distinguió a lo largo de ese año en combate, recobrando algunas
posiciones en la costa (como Jaffa), pero sin hacer más que arañar las
recientes reconquistas de Saladino.
- Hubo contactos, aunque
probablemente se tratara de un engaño de Ricardo, para concertar la
boda de Saif ed-Din, el hermano de Saladino, con la hermana de Ricardo,
que recibirían Jerusalén con la obligación de proteger a los peregrinos
de todos los credos, pero fracasaron cuando la hermana de Ricardo se
negó a casarse con un musulmán.
- Saladino y Ricardo enfermaron,
recuperándose ambos.
- Por fin, cuando el rey de Inglaterra oyó noticias
de la situación de su país, no tuvo más remedio que aceptar la paz,
que, aunque no les devolvía Jerusalén, les aseguraba la costa entre
Tiro y Jaffa.
- Saladino
murió en 1193 en Damasco y fue enterrado en un mausoleo en el exterior
de la Mezquita Omeya de Damasco. El emperador alemán Guillermo II donó
un sarcófago en mármol, en la que sin embargo no descansa su cuerpo. En
su tumba se exhiben la original, de madera, en la que está el cuerpo y
la de mármol vacía.
- Le sucedió su hijo Al-Afdal en el trono de Siria, dando comienzo así la dinastía ayubí.
- De
Saladino la tradición cristiana se quedó con su cortesía, sabiduría y
caballerosidad, apareciendo en numerosos relatos como un gran señor que
trataba con honor a sus cautivos. En varias narraciones aparece como un
ejemplo del perfecto caballero medieval. Entre las obras que mencionan
de esta manera a Saladino se puede nombrar en español El conde Lucanor
en sus capítulos XXV y L. En la actualidad, en las numerosas obras
(tanto de investigación como de ficción) se le suele mostrar como un
líder íntegro y fiel a su religión, frente a unos gobernantes
cristianos incapaces.
- Pero también fue mostrado muchas veces
como el "temible líder infiel" que había expulsado a "la verdadera
religión" de los Santos Lugares. En otras fuentes, especialmente las
eclesiásticas, se le muestra como "el diablo sarraceno", asociándosele
con el demonio.