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Basílica de San Ildefonso. Portada Primitiva
Arcos o Puertas, Escudos, Gótico, Religioso
La portada primitiva se encuentra en la cabecera de la Basílica de San Ildefonso. En la parte trasera de la actual iglesia.
La portada gotico isabelina enmarcaba la antigua puerta de entrada a
la ampliación que Don Alonso Suarez de la Fuente del Sauce, cuyos
blasones gemelos con una fuente hexagonal y un sauce en su interior
lucen a los lados de la Virgen, hizo para dar entrada a la primera
capilla que tuvo la Virgen en la parroquia de San Ildefonso, en el lugar
donde segun la tradición se detuvo la procesión, junto al fondo de la
iglesia en el ángulo izquierdo.
A mediados del siglo XVIII,
en época del obispo fray Benito Marín, al ser colocado en el interior
del templo al Retablo del Descenso, retablo barroco del Duque
Cornejo-Calvo Bustamante, la puerta fue lodada definitivamente. La
intervención de fray Benito en San Ildefonso por el encargo del retablo
presidido por su escudo, presente también en su interior y coronando la
portada neoclasica.
La Puerta de traza gótica, está coronada
por la imagen de la Virgen de la Capilla, conocida popularmente como la
Virgen de las Uvas, que es la única que ha llegado hasta nosotros con
el aspecto original de la talla, o sea, con corona y cetro incorporados
en una pieza.
El nombre popular de Virgen de las Uvas es porque
se ve como el niño le da un racimos de uvas a la virgen, la cual lo está
cogiendo. Esto se puede aludir a dos momentos: El primero y más obvio
al vino, lo cual nos remite a la sangre de Cristo; y el segundo es a la
gran abundancia de cultivo de vides que había por la provincia,
resultando irónico que ahora sea de olivos. La advocación de la Virgen
de las Uvas o de la Granada, una advocación de finales del siglo XV que
con la granada simbolizaba la plenitud espiritual.
Manuel
López Pérez e Isidoro Lara Martín, nos dicen que la imagen de la virgen
que se venera en el interior de la iglesia, en madera policromada, tenía
también la corona y el cetro incorporados, pero estos objetos le fueron
aserrados en el siglo XVII para vestirla con más facilidad y poder
ponerle una corona de mayor tamaño, que sujetara el manto.
Ha sido restaurada con un mosaico de Santiago Pedrós, que cierra la primitiva puerta del templo.