El tocador en una cajonera con un espejo que puede estar integrado en el mueblo o no.
El tocador nace en Francia e Inglaterra a finales del siglo XVII, cuando las clases más altas de la sociedad de entonces adquirieron la costumbre de encargar lujosos mobiliarios a artesanos y fabricantes de muebles.
Durante el siglo XIX, estas sofisticadas mesas de belleza se hicieron en estilos variados, desde el gótico, el isabelino y el rococó hasta el renacentista o el de reminiscencias coloniales. Ya a finales del siglo pasaron a ser parte fundamental del dormitorio.
Pero no fue hasta principios del siglo XX, durante el periodo art déco, que los tocadores, tanto en Europa como en América, se convirtieron en emblema de modernidad, lujo y glamour. Se puede comprobar en la filmografía hollywoodiense de las décadas de 1920 y 1930.