La mina sirvió de refugio durante los bombardeos de la Guerra Civil para mujeres, ancianos y niños, ya que los hombres se encontraban en el frente, lugar hacia donde corrían para refugiarse en su interior tan pronto sonaban los motores de los aviones.
Según atestiguan los aldeanos mayores, la mina está comunicada subterráneamente por un túnel hasta la carretera que enlaza con la torre, leyenda que se repite en casi todos los pueblos que tienen castillo, y algunos todavía recuerdan como se introducían en su interior unos cuantos metros.
Asimismo la mina sirvió de vivienda temporal para familias gitanas hasta los años 70.
En su interior hay un antiguo tractor de cadenas, que utilizaría la mina romana como cochera.