Esta noria situada en la margen izquierda del camino, popularmente conocido, “de los cuartos catalanes” es una sencilla máquina que en su origen debía estar compuesta por dos grandes ruedas, una horizontal movida por una palanca de la que tira una caballería y otra vertical que engrana con la primera y lleva colgada una maroma con arcaduces para sacar agua de un pozo. Las norias tienen aplicación en zonas llanas donde el nivel del agua no se encuentra a demasiada profundidad, de manera que la maroma de cangilones no sea demasiado larga ni demasiado pesada.
Las dimensiones son bastante considerables, destaca la arcada montada que tiene en su interior que está realizada en ladrillo árabe y canto de río. Es de destacar también la belleza de su manufactura interna en la que se puede apreciar los sistemas de soporte del peso en una combinación maestra de elementos tan simples como el ladrillo y los cantos.
En esta noria faltaría una balsa cercana donde se recogía en agua así como una rampa aneja por la que subiría el equino encargado de hacer circular la maquinaria.
Es interesante su ubicación, pues se encuentra paralela a una antiguo Ingenio de San Javier.