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Iglesia de Santa María del Collado
Religioso, Románico, Siglo XIII, Visigodo
Su principal característica es la superposición de elementos.
En su construcción se reutilizó una torre medieval, en la que se
ubicó el camarín de la Virgen, que fue reformado en el XVIII con
yeserías barrocas.
La construcción que nos encontramos como elemento más alto, es la torre-campanario (Torreón de Santa María del Collado), cuyo muro sirve de telón de fondo a las tres naves que componen la iglesia.
Se trata de una torre albarrana, perteneciente al antiguo castillo árabe.
Delante se sitúa la iglesia, cuyo primer trazado parece responder a un templo visigótico, cuyos restos como capiteles y fustes se aprovecharon para ejecutar en el siglo XIII parte de la iglesia románica, que en un principio no llegaría hasta la torre.
Por esto, en el siglo XVII, a instancia del Cardenal Merino se añadieron dos arcadas más.
El interior presenta tres naves, de mayores proporciones la
central, separadas por arcos apuntados que apean en columnas con
capiteles esquemáticos con diversos motivos decorativos.
En este mismo siglo se actuó sobre los tres ábsides circulares que coronaban las naves, demoliendo uno de los laterales, instalando en el otro la sacristía (actual sagrario), y sesgando el central para añadirle la torre-camarín para instalar la imagen de la Virgen. Su obra data de 1769, se derribó casi entero el lóbulo central del ábside, y en su lugar se colocó un prisma de piedra rojiza de gusto neoclásico, abierto hacia el altar mayor con un retablo que imita lo renacentista.
Los muros o cerramientos observamos que son de mampostería desconcertada y sillares de arenisca roja y verde, con soportes del pórtico exterior, contrafuertes y aleros de ladrillo de tejar rojo.
La cubierta es de teja en su totalidad.
El ábside y parte de los muros nos ofrecen una serie de modillones netamente románicos.
En cuanto a la fachada principal, es una de las laterales, está orientada hacia el mediodía, y se resguarda con pórtico sustentado por columnas cuadrangulares de poca elevación y arcos de medio punto.
De las dos puertas de acceso, la trasera sería la más moderna, perteneciente a la reforma del siglo XVII. Se aprecia su excesiva altura en relación con la fachada, tiene arco de medio punto y unas molduras simples en los bordes.
El otro pórtico sería el principal y más antiguo. Es de menos luz con arco peraltado, aunque las molduras que lo adornan rematan en un suave apuntamiento. Consta de cuatro arcos o arquivoltas paralelas, que de dentro a fuera, dos son simples nervios y los restantes, uno presenta adornos que parecen ser palmas colocadas en hilera y el último festoneado con puntas de diamantes. Estos arcos descansan sobre dos falsas columnitas, se podría catalogar como románica tardía, apuntando ya el gótico.
La portada primitiva: un arco apuntado, abocinado, y con arquivolta decorada con dientes de sierra.
Las puertas conservan la clavazón renacentista y decoración de rombos.
De la planta primitiva se conserva un croquis dibujado en 1723 para señalar los enterramientos existentes en el piso. Es una planta de tres naves, terminadas en un ábside central y dos laterales (trelobado).
Las techumbres se presentan actualmente con un artesonado de madera simple.
Las columnas que sustentan los arcos formeros, son cilíndricas y en número de diez, cinco a cada lado, siendo estos arcos apuntados.
De extraordinario interés son los capiteles, son propios de un estilo visigótico.
El arco de acceso al presbiterio, aunque de mayores dimensiones, tiene las mismas características que la arquería de las naves, sustentándose luego en columnas más bajas y cuyos capiteles se adornan con motivos geométricos.
Todo el presbiterio, con trazado en semicírculo, casi a la misma altura del arco anterior existe uno toral.
A los pies, coro bajo con canceles platerescos.
Es interesante destacar la sillería del coro, preciosa obra del siglo XVI, en la que destaca el sillón central que ostenta el escudo del obispo Don Francisco Delgado.
Separa este coro una afiligranada celosía de madera de fino estilo plateresco de la misma época. Sigue los modelos de la época en hierro, con barrotes torneados, decoración vegetal y geométrica propia del estilo plateresco.
Tiene un gran patrimonio mueble, entre el que cabe citar: la sillería del coro, las verjas de las capillas, el retablo con el lienzo de la Adoración de los Reyes y el retablo del altar mayor, todos ellos del siglo XVI.
A esta iglesia estuvo vinculada la Virgen de la Estrella de Navas de San Juan.