Por los resultados obtenidos gracias a los análisis de Carbono 14 obtenidos a partir de muestras del carbón recogido en un enterramiento, el sitio se ocupó por primera vez en torno al 1450 antes de Cristo.
Seguramente hoy con las calibraciones correctoras de estos análisis la cronología de fundación podría haber sido más antigua.
El poblado presentaba casas con muros construidos con piedra seca y planta rectangular.
Como era frecuente durante la Edad del Bronce bajo el pavimento de las habitaciones se hallaron enterramientos, en este caso con el nombre de cistas.
La segunda fase según sus investigadores solo muestra un cambio significativo en las formas de enterramiento que ahora utilizan pithoi, es decir, grandes urnas, que sustituyen las cistas.
La tercera fase se caracteriza por un cambio importante en la construcción de las casas con plantas pseudoovales y pavimentos de grandes lajas de piedra.
Se tiene también para este momento una fecha por análisis de Carbono 14: 1360 +- 125 años que, al no estar calibrada, podría como en el caso anterior ser más antigua.
Luego el lugar lo ocupan los iberos siglo IV antes de cristo.
Crean allí un centro de creación de cerámica ibera.
Aún se conserva la balsa de decantación en buen estado. Esta era para recoger el limo del guadalimar para la realización cerámica. Quedan restos del estuco que recubría sus paredes.
También hay una escombrera de desechos cerámicos.
Luego lo ocupan los romanos que también crean allí cerámica del tipo terra siguilata.
Crean un molino (Molino de Olvera) utilizando la acequia que lleva el agua a la balsa de decantación.
El molino aun está en pie en buenas condiciones de conservación.
En el cortijo había una lápida romana hoy desaparecida.
Quedan restos de casas y suelos romanos de ladridos macizos.