Obra maestra de la arquitectura civil de la segunda mitad del siglo XVI.
Trazado y construido por Francisco del Castillo el Joven.
Lo más destacado es su portada, basada en modelos del tratadista italiano Serlio.
Está flanqueada por dos monumentales columnas dóricas trabadas y adosadas.
El dintel está formado por enormes sillares, sobre el que apoya un frontispicio que acoge el escudo imperial de los Austrias.
En los vértices aparecen recostadas las figuras de la Justicia y la Misericordia.
A ambos lados de la portada se sitúan vanos ciegos con molduras e inscripciones referidas a la construcción del edificio.
Mención especial merecen los aldabones en bronce de la puerta, con hermes acabados en garra.
En la fachada lateral derecha se empotraron un conjunto de lápidas romanas y restos arqueológicos, según la manera del Renacimiento de recuperar antigüedades romanas para prestigio de la ciudad.