Sitios > Europa > Unión Europea > España > Andalucía > Provincia de Jaén > Los Villares
Historia de Los Villares
Hace 25 millones de años, en la era Terciaria y en el periodo Mioceno que dió también lugar al levantamiento de la Cordillera Bética un lago cubría estas tierras de Los Villares.
Son numerosos los fósiles marinos que podemos encontrar.
Los primeros vestigios humanos los encontramos en la Cueva de Los Molinos con pinturas rupestres de arte esquemático.
En el término de Los Villares hubo varias batallas importantes como la de la Cueva del Contadero entre romanos y púnicos o la de Puntales de Navatrillo entre cristianos y godos.
Eduardo Campos realiza una serie de investigaciones que junto a las excavaciones de 1.921 y los testimonios de algunos personajes dan a luz datos inéditos hasta entonces, y muestran un pasado civil que se remonta a la época romana, e incluso se descubren dólmenes en la Pandera y en Pero Codes, y una torre que fue talagot Ibérico y atalaya árabe situada a la derecha del Puerto de Navatrillo y el Puntal del Muerto.
Muchas de las piezas encontradas se distribuyen tanto en el Museo Arqueológico de Jaén como en el Museo Arqueológico Nacional.
Se cree que el pueblo de Los Villares fue la antigua Isturgi romana, que según muchos significa ciudad junto al río.
En la Pandera existió otra ciudad llamada Turgi y otra en las Majadillas, bajo la Cueva del Contadero, Hispaturgi.
Tras las excavaciones que se realizaron se descubre una necrópolis situada en las viñuelas, donde se encontró un tesoro de plata ibérico y en la Huerta de los Ojos apareció un sarcófago.
El sarcófago fue usado como abrevadero.
Un capitel de piedra arenisca de orden compuesto, en donde campean, combinados toscamente, la tracería del estilo gótico y las volutas del jónico. Se encontró en una huerta del Cantón, sin fuste ni basa al perforar el suelo de una heredad para sacar cimientos de una casa de campo.
De esta necrópolis ya se habla en la fecha de la fundación por lo que queda descartado que pudiera tratarse de tumbas hechas para enterrar a los fallecidos en la guerra de la Independencia, a pesar de que también existen fosas dedicadas a éstos.
Esto contrasta a la vez con algunos objetos encontrados en dichas tumbas y que nos hacen pensar en su posible origen romano ya que en multitud de ellas han aparecido monedas y copas de cerámica generalmente blanca; recordemos que los romanos enterraban a los muertos con una moneda en la lengua para pagar al Caronte el paso a la laguna Estigia y una copa para beber. Curiosamente las tumbas están a modo de escalinata.
Ya en la Cédula Real se nos menciona El Molino, donde hay restos de vida pasada.
En los documentos de los años 20 se mencionan los restos de una muralla encontrados en El Molino del Rey donde también se hallaron dos columnas del grueso de un costal lleno de trigo.
También se nos habla de la ubicación de cuatro puentes romanos, uno de los cuales estaría bajo las aguas del rio Eliche en las inmediaciones de La Priscalea y de la construcción de unos baños en el Ojo del Moral.
El estudioso Francisco Bonilla y Anguita en Cosas rancias de mi pueblo explica que la colección de monedas que ha logrado conseguir en diversas excavaciones y que pertenecen a diversas civilizaciones, así como la romana, la griega o la árabe, posiblemente acuñadas en Cástulo, Obulco o Tucci, vecina de Isturgi.
Esta ciudad parece que fue destruida por completo en el año 416 por los vándalos, que huyendo de los godos hacia Mauritania destruyeron todo aquello que se encontraron a su paso.
Mas tarde, dice Plinio, que bien fuera por falta de buen nacimiento o por otra causa importante los Isturgenses fundaron una población, con el nombre de Oningi, cerca de la Pandera, junto a río Frío, hacia el abundante alumbramiento de aguas puras, situado a muy poca distancia de Isturgi, que llegó a ser muy populosa.
El pueblo actual fue fundado en el siglo XVI, en el marco de la política de repoblación de las Sierras de Jaén, promovido por la Corona tras la finalización de la Reconquista.
Esta zona, fronteriza con el reino de Granada, quedó como tierra baldía y despoblada, con su colonización se pretendía la salvaguarda y defensa de los caminos
En 1508 el Concejo de Jaén expuso a la reina doña Juana que en los términos y Sierras de esa dicha ciudad y dentro de su jurisdicción había disposición para poblar varios lugares, entre los que se cita los Villares de Jige.
Por Real Cédula del 17 de Marzo de 1.508, la reina Doña Juana disponía lo necesario para fundar estas poblaciones.
En la misma Cédula se hace referencia a la necesidad de proteger estos lugares, así como a sus propiedades para ser habitados, pues tenían huertas y agua abundante, así como molinos de pan.
En ella dice: ... y que así mismo en el Cerro el Viento, en Los Villares de Jige hay un lugar para hacer otra población de trescientos vecinos, con el Cerro del Viento y hoya Vellida y las haldas del Puerto Viejo, con las Moraledas y con la vertiente de Jabalcuz, por el qual pasa el rio que dizen Rio Frio e por otra parte el rio del lirge el cual tenía mucho riego para tierras de Pan y para güertas y viñas y higares y olivares e Molino en el qual parece haber habido antiguamente población.
La intención Real de repoblar toda la provincia de Jaén y que también coincidió con la fundación de Mancha Real, Valdepeñas de Jaén y Campillo de Arenas.
Al principio se le llamó Los Villares de Arenas, por ser camino hacia Granada y estar constituido a todo lo largo por numerosas canteras de arena.
No era esta la primera vez que el Concejo de Jaén solicitaba repoblar estas tierras, pues según se desprende de la Real Cédula, existían peticiones y requerimientos desde la época de los Reyes Católicos.
La fundación de Los Villares no fue inmediata.
Los propios vecinos de la ciudad de Jaén interpusieron una serie de pleitos, con los que la alta burguesía de la ciudad pretendía beneficiarse de los beneficios y exenciones de la nueva fundación.
La puesta en marcha tuvo lugar en tiempos de Carlos V, el 16 de mayo de 1538, con el repartimiento de tierras, la zonificación y la traza de la ciudad.
El 11 de junio de 1539, por la Real Provisión que dio Carlos I, cuando se determinó el sitio, nombre del pueblo y advocación de la Iglesia Parroquial (Patrón de la villa San Juan Bautista).
En Los Villares, como en el resto de las fundaciones de la Sierra (Mancha Real, Valdepeñas, Campillos de Arenas), se implantó un urbanismo colonial hipodámico, heredero de los castros romanos.
Las previsiones iniciales para Los Villares en el siglo XVI eran los de una población de 300 vecinos.
En 1.591 tenía sólo 211 habitantes
Los primeros pobladores fueron labradores de la ciudad de Jaén, aunque también vinieron soldados de a pie y de a caballo de la Guardia del Emperador.
Los olivos que fueron plantados en el siglo XVI ya que antes existía la planta llamada zumaque que se utilizaba para hacer tintes, además de vides para el vino.
Las Cantarerías de Jaén reducidas a la fabricación de ladrillos, cantaros y tejas, citaba A.
Cazaban que trabajaban vidriados de todos los géneros con labores
estilizadas así como jarras y figuras de estilo caprichoso, "siendo la
tierra de los Villares la que se utiliza para esta cerámica que alcanzó
importancia muy grande”.
A mediados del siglo XVIII la localidad ya tenía una población de 550 vecinos y en 1.787 pasan a ser 1.152.
En 1.781 se crea la Congregación y Compañía de Soldados Marianos de Nuestra Señora del Rosario. Institución que continua en nuestros días.
A parte de la explotación agrícola Los Villares alcanzó un desarrollo artesanal, ganadero y como consecuencia comercial.
En 1.808 el guerrillero Pedro del Alcalde se parapetó en la Sierra de Propios con los caballos que le arrebató a los franceses y que estos guardaban en la dehesa de Jabalcuz, venciéndolos.
A mediados del XIX Madoz nos da cuenta de su producción en cereales, frutales, vid y aceite, éste último como producto principal, de la cría de ganado, y de su industria, entre la que se contaban varios molinos harineros y de aceite, y dos alfarerías.
En 1900 tenía una población de 3.880 habitantes.
Alrededor de los años veinte 20 del siglo XX existían en Los Villares dos bandas de música.
Esta relación se compone de caídos en acción de guerra y asesinados durante la Guerra Civil (Fuente http://heroesymartires.blogspot.com.es, Catedral de Jaén): Carlos Albasini Herrador
Lorenzo Alcalde Luque
José Luis Alcalde Molina
Dionisio Cabrera Callejón
Angel Cabrera Callejón
Manuel Chamorro Molina
Angel Chica del Moral
Victoriano Delgado Gómez
Emilio Delgado Moreno
Eusebio Delgado Nieto
Juan José García Gallardo
Ramón Guijosa Delgado
José Guerrero Molina
Antonio Herrador Campos
José Herrador Fernández
Joaquín Herrador Toribio
Juan Mengíbar Pérez
José Martín Gómez
Antonio Molina Hidalgo
Gregorio Molina Siles
Electo Vicente Montón Esteve
Eufrasio Moreno Gutiérrez
Juan Antonio Muñoz Guerrero
Francisco Ortega Espejo (Sacerdote)
Antonio Palacios Fernández
Pedro Pardo Barrón (Sacerdote)
Luis Pardo Peña
Miguel Romero Galiano
Melanio Toribia Higueras
Rafael Tuñón Sevillano
Fue en la década de los años 50 del siglo XX alcanzó el número de con 5.642 habitantes.