No suele alcanzar más de tres palmos de altura, aparece ramificada, con largas ramas desde la base, y toda ella está cubierta de pequeños pelitos blancos.
De la recolección con fines medicinales interesa toda la planta, desde la raíz hasta las hojas superiores.
Las hojas tienen un sabor un tanto amargo, pero fácilmente enmascarable.
Esta planta debe recolectarse cuando está florida, pues es en este momento cuando más concentración en principios activos posee.
Según diversos autores, la raíz y las simientes de la verrucaria poseen un alcaloide que curiosamente también se encuentra en otras especies del mismo género: nos referimos a la cinoglosina, alcaloide presente en la cinoglosa que es bastante tóxico por ingestión.
Esta planta se utilizaba mucho para combatir múltiples dolencias.
También se empleaba para estimular la secreción biliar -es decir, como colerético-, para provocar la menstruación y como febrífugo; en resumidas cuentas, se utilizaba para todo.
Pero fundamentalmente se empleaba en el tratamiento de verrugas en forma de emplasto.
Hoy en día solo se tiene por cierto que rebaja un tanto la fiebre y estimula en cierta medida las secreciones biliares.