Su ubicación rinde homenaje al pueblo y no al precipicio al que dan la espalda.
Fueron construidas en la reedificación del Adarve que se llevó a cabo entre el 1800 y el 1803. Las fuentes son pilares rectangulares de piedra blanca con un sencillo frontal de piedra tosca.
Las fuentes están alimentadas con aguas provenientes de la Fuente de la Salud que previamente han pasado por los depósitos de tratamientos de aguas para su potabilidad.