Se trata de un poblado fortificado de época ibera (Oppidum).
El yacimiento comenzó a habitarse a finales de la Edad del Bronce siglo XII a.C. y desapareció de forma brusca a finales del siglo III o principios del II a.C.
Representa el poder de la aristocracia ibérica bastetana que domina las cabeceras de los ríos Guadahortuna y Cubillas, antiguas vías de comunicación que interrelacionan las altiplanicies granadinas con el valle del Guadalquivir y la vega de Granada; zonas metalúrgicas del interior de Sierra Morena (Cástulo) y el área costera del Sudeste.
En él se encontró el Plomo de los Ayozos que es una placa fragmentaria de este metal. En una de sus caras aparece inscrito parte de un texto en lengua ibérica y escritura meridional. Su gran importancia se encuentra en que se trata del único documento de este tipo que existe hoy en día en la Provincia de Granada.
Fue probablemente aliado del bando Cartaginés durante la Segunda Guerra Púnica, motivo por el cual fue arrasado por las legiones romanas.