Tenia una sola torre cuadrada, que junto a la Torre del Molindorro y la Torre del Cabo defendían el adarve amurallado de San Ildefonso.
De origen bajomedieval, fue reedificada, en 1809.
Mádoz la describía de arco de medio punto y con dos puertecillas a los lados.
Cuando se cerraban las puertas de la muralla por las epidemias, la de Barrera era diferenciada para el transito exclusivo de forasteros o bien era la única que quedaba abierta. Tan angosto era su paso como el de la calle puerta barrera. En la feria de agosto los caballos mulos y asnos se disponían en dos filas hasta el Mercado con las cabezas junto a las casas y los cuartos traseros enfrentados cerrando el paso a riesgo de una coz.
Por su poca anchura fue demolida en 1859 a raíz de que el administrador de la empresa de diligencias, llamada la Madrileña, manifestó el detrimento que sufrían los carruajes en general, y en particular los de su empresa por su abultada caja, que los obligaba a parar delante de la puerta y a los pasajeros ir a pie andando por el lodazal hasta el Parador Nuevo de la plaza del Mercado (J.A Lopez Cordero).
Quedó de la primitiva Puerta tan sólo dos pilares, a modo de columnas, a uno y otro lados de la calzada. Tres años después, en 1862, fue reconstruida en un trasunto neogótico de arco apuntado, decorado que Clifford, fotógrafo real, inmortalizó en su visita con Isabel II a #Jaén.
En la foto de 1862 se pueden apreciar las dos pilastras único vestigio de la Puerta Barrera levantada en 1809.