Su definición se realiza mediante volúmenes a diferentes alturas que se van adaptando a la topografía de la ciudad y a la función que albergan en su interior.
En la fachada norte, de doce plantas, se sitúa el ámbito de la escalera que presenta un gran hueco de vidrio dividido por zancas de hormigón.
A partir de este elemento, la fachada se reduce en altura hasta las nueve plantas y se muestra con un modulado de huecos regular de prefabricados de hormigón de color verde, que se rematan con el volumen del salón de actos.
En la fachada sur, el volumen principal se muestra totalmente opaco con un solo hueco en la planta baja.
La altura se reduce a tres plantas para permitir la iluminación de las oficinas.
La fachada principal, de once plantas, se caracteriza por ser una fachada a modo de muro cortina con prefabricados de hormigón que matizan la luz que entra en las estancias interiores.
Entre la planta baja y la planta primera, destaca la ornamentación de los aplacados de piedra que el artista iliturgitano Miguel Fuentes del Olmo realizó en 1970 a modo de murales abstractos y neofigurativos, aludiendo a los gremios sindicales.