Este opus es la gran aportación de Roma a la arquitectura puesto que así construirán cimentaciones, muros y bóvedas.
Su empleo está atestiguado intermitentemente en distintas casas de Pompeya, siendo la más antigua la Casa del Quirurgo de finales del Siglo IV a.C.
En Roma el testimonio más antiguo es de fines del Siglo III a.C. en el Templo de la Magna Mater en el Palatino y después se perfeccionará en el 193 a.C. cuando se construya el Porticus Aemilia (enormes almacenes junto al Tíber, donde se guardaban todos los productos que llegaban a Roma por el río). Estos almacenes se cubrían con bóvedas de opus caementicium.
Estos dos ingredientes; cal y arena, tienen un añadido de cerámica o teja machacada y agua en proporción. Cuando esta, más o menos espesa, mezcla se vierte sobre un encofrado, previamente relleno de piedras, y fragua la mezcla.