Portada adintelada entre pilastras coronada por un frontón partido con pináculos.
Posiblemente tendría un escudo en la partición del frontón.
La portada está alzada sobre unos escalones que salvan el desnivel del terreno.
En este edificio se vendieron desde la Edad Media hasta 1931 las carnes de vacuno y ovino para el abastecimiento de la población.
Tiene expuestos varios restos romanos, medievales y modernos, entre los que destacan los de las propias Carnicerías y su fachada inclinada es testimonio singular de los daños ocasionados por el Terremoto de Lisboa de 1755.
Alberga los servicios municipales de Archivo Histórico y Oficina Municipal de Turismo.