Por sus pies pasaba el Camino Real del Torcal que unía Huelma con Montejícar y que era una antigua calzada romana.
El Torcal tiene varias cuevas, en las que se refugiaban antiguamente los bandoleros que salían a saquear a las caballerías y a los arrieros que por allí pasaban.
En las cuevas se han encontrado varios restos de la prehistoria tales como hachas de piedra, puntas de flecha, vasijas, etc.