Cueva que se encuentra en las proximidades de la pequeña localidad de Montesquieu-Avantès, en el departamento de Ariège, región de Midi-Pyrénées (Francia).
Está situada a una altitud de 465 msnm.
Actualmente está cerrada al público a fin de garantizar su preservación.
La gruta fue descubierta el 20 de julio de 1912 por los tres hijos del conde de Bégouën, a los cuales debe su nombre (Trois Frères significa “Tres Hermanos”).
El abad, arqueólogo y prehistoriador Henri Breuil (1877-1961) estudió en profundidad la caverna y realizó una serie de dibujos basándose en sus fantásticas figuras.
La gruta es en realidad una extensa red de cavernas decoradas con magníficos grabados y pinturas rupestres del Paleolítico superior, en concreto del período Magdaleniense (17000-10000 a. C.).
Es célebre, entre otras cosas, por la representación de dos seres mitad hombres y mitad animales, un hecho raro en el arte rupestre.
El primero es un grabado conocido como “el hombre-bisonte”, un personaje que reúne simultáneamente las características de un ser humano y de un bisonte. Parece estar conduciendo un rebaño de animales mientras toca un instrumento, quizá un aerófono o un arco musical.
La segunda figura, llamada simplemente “el hechicero”, está grabada y parcialmente pintada en negro. Representa a un ser antropomorfo con piernas humanas, órganos genitales masculinos, patas posteriores de oso, cola de caballo, astas y orejas de ciervo, barba de bisonte y ojos de búho. Este enigmático personaje, que se halla situado en un lugar casi inaccesible, a 4 m de altura, por encima del resto y dominando el espacio a su alrededor, es el más famoso de la cueva y ha recibido múltiples interpretaciones: un brujo practicando un rito mágico, una divinidad de la caza (del tipo “dios cornudo") o incluso un chamán en trance.
La Cueva de Trois Frères es vecina de la gruta del Tuc d`Audoubert, otra cueva prehistórica del mismo período. Ambos complejos forman parte de un mismo sistema subterráneo y son adyacentes, pero no están comunicados. Los dos fueron explorados por el conde Bégouën y sus hijos en la misma época.